Ya hemos llegado al colmo de los pinchis colmos en ésta nuestra rechingada hipocresía nacional; y es por ello que siento un rechingadísimo resquemor que me hace encabronar de sobremanera.
Ahora resulta que en Televisa se atreven, así, sin ninguna pena y sin ningún temor a morderse la lengua y hacer el ridículo, a no sólo el pretender o insinuar, sino de plano a querer dar clases de ética periodista. Joder.
Así es, señorones de moral intachable y ahora defensores de la ética periodística a ultranza cómo Lopéz Dóriga –de los periodistas más apreciados por los priistas-, Carlos Marín –lamewebos profesional y payasito pendejo de tiempo completo- y Ciruelito Gómez Leyva -el nuevo y enjundioso defensor de la honra de Televisa-, entre otros, ahora se atreven a dar clases de ética periodística envalentonados por los yerros de otros pendejos que se dedican a lo mismo.
¡¡¡Chingada puta perra madre con estos cínicos de mierda!!!
Ya llegamos a un punto tal en nuestra existencia pedorra que sería bueno buscar con firme decisión y hallar de una buena vez dónde está el puto botón chingón para resetear éste puto mundo de mierda…éste puto universo…ésta nuestra chingada existencia…Qué todo se vaya a la gaver de una vez por todas. Qué se vaya a la chingada nuestra muy auto-sobrevalorada capacidad de discernimiento para todo lo que analisamos en la que con tan sólo leer un libro de Isaac Asimov ya nos creemos teóricos y pitonisos de la política mexicana, aunque nuestro pasado y presente nos condenen a nuestra cruda realidad de no ser más que unos pobres pendejos.
Hay que resetearlo todo.
Tú también búscalo por tu lado porque yo no sé dónde chingada madre está; URGE. Y no te quieras pasar de pendejo diciendo que está en mi culo, porque si de algo estoy seguro en esta vida, es que ahí no está.
Búscalo en el tuyo picándotelo a diestra y siniestra.
Joder, tal parece que Diosito nos ha olvidado cómo lo hizo con Chuchín.
Es cuanto.
Shalom.
Ahora resulta que en Televisa se atreven, así, sin ninguna pena y sin ningún temor a morderse la lengua y hacer el ridículo, a no sólo el pretender o insinuar, sino de plano a querer dar clases de ética periodista. Joder.
Así es, señorones de moral intachable y ahora defensores de la ética periodística a ultranza cómo Lopéz Dóriga –de los periodistas más apreciados por los priistas-, Carlos Marín –lamewebos profesional y payasito pendejo de tiempo completo- y Ciruelito Gómez Leyva -el nuevo y enjundioso defensor de la honra de Televisa-, entre otros, ahora se atreven a dar clases de ética periodística envalentonados por los yerros de otros pendejos que se dedican a lo mismo.
¡¡¡Chingada puta perra madre con estos cínicos de mierda!!!
Ya llegamos a un punto tal en nuestra existencia pedorra que sería bueno buscar con firme decisión y hallar de una buena vez dónde está el puto botón chingón para resetear éste puto mundo de mierda…éste puto universo…ésta nuestra chingada existencia…Qué todo se vaya a la gaver de una vez por todas. Qué se vaya a la chingada nuestra muy auto-sobrevalorada capacidad de discernimiento para todo lo que analisamos en la que con tan sólo leer un libro de Isaac Asimov ya nos creemos teóricos y pitonisos de la política mexicana, aunque nuestro pasado y presente nos condenen a nuestra cruda realidad de no ser más que unos pobres pendejos.
Hay que resetearlo todo.
Tú también búscalo por tu lado porque yo no sé dónde chingada madre está; URGE. Y no te quieras pasar de pendejo diciendo que está en mi culo, porque si de algo estoy seguro en esta vida, es que ahí no está.
Búscalo en el tuyo picándotelo a diestra y siniestra.
Joder, tal parece que Diosito nos ha olvidado cómo lo hizo con Chuchín.
Es cuanto.
Shalom.
