Afuera De Mi Casa...

Esta vez estaba firmemente decidido a ver completa The inception…o por lo menos la hora y cacho que me falta por ver; ya lo había intentado en 3 ocasiones anteriores…y en esas 3 ocasiones había fallado ya que acabé dormido en cada intento. Hoy no sería así. A webo qué no chingao; ¿soy tu pendejo o qué pedo pinchi DiCaprio? Mi honor cinéfilo estaba de por medio. Ahora o nunca.

Así pues, fui presto por mis chingadas pero muy indispensables golosinas y me senté a ver tal película desde el principio poniendo toda la atención posible…Cuando supe de mí, fue por culpa de un pinchi alboroto de su puta madre que me despertó:

-¡¡Ya sal hijo de tu tal por cuál!! Se escuchaba que gritaban.

-¿Qué…eh… pero qué pedo wey? Me pregutaba tratando de abrir los ojos... Sí, había fallado en mi cuarto intento por ver The Inception…Los gritos seguían:

-¡…unidos, jamás serán vencidos!

-No mamar cabrón, creo que ése pinchi ruidero de maricas viene desde…sí, desde afuera de mi casa…

-¡…unidos, jamás serán vencidos!

Me iba a levantar para dirigirme hacía el ventanal para ver qué pedo. El pinchi perro todo pendejo ya estaba ladrando harto encabronado confundiéndose sus ladridos con las arengas que desde afuera de mi casa se escuchaban. No mamar pinchi perrito idiota, de un patadón te mandan a la gaver y ahí andas de picudo.

Gritos cohetones tamborazos rebuznidos claxonazos ladridos mugidos lloriqueos y trompetazos sumados todos hacían un desgraciado escándalo de su puta madre…Cuánta pendejada carajo…

Y mientras buscaba unos zapatos o una de mis pinchis botas mataperros para ponerme, afuera de mi casa seguía el alboroto y las exigencias (¡fuera fuera! ¡Ya sal! ¡Cuuuuleeeerooo!) Que a gritos, grititos y gritotes pedían quienes estaban ahí.

-…que raro, en esta puta calle no hacen manifestaciones o mamadas de esas…a lo mejor son unos pendejos que quieren posada…no, no creo que sea eso porque las posadas son en la noche…que raro…qué será…quienes serán, me decía a mí mismo.

Cómo no hallaba mis zapatos decidí caminar descalzo hasta el ventanal para poder ver a través de él cuál era todo el pedo…y sí, vi quienes eran los de pedo:


Sí, era el Orco Mongolo Marica –el vil plagiador venido a menos-, quien, justo afuera de mi casa, arengaba con su vociferante y apestosa trompota de vuvuzela a toda su tribu de Mongolitos lustrabolas quienes le aplaudían a rabiar y cómo las focas mongolas que son, todo aquello que el nefasto antropomorfo gritaba y que acto seguido repetían sin chistar:

-¡Mongolos, unidos, jamás serán vencidos!

Y seguía gritando su amo:

-¡¡Aquí nos tienes pinchi Chilindrina pendeja waac waac!! ¡¡Sal para que mis focas mongolas lameculos te den un cabronazo en el hocico waac waac, Gritaba el cabeza de balín cascado, cómo me gustaría dártelo yo, seguía gritando el imbécil, pero para eso tengo a mis perras, para que te lo den por mí oarr oarr!!


Y así seguía chingue y chingue la madre:


Y sus lustrabolas…bueno, ya saben, repetían lo mismo:

-¡Sí, pies pequeños, bruxismo bla bla bla bla…!

Desde el ventanal veía a todos esa pinchi bola de mugrosos: ahí se encontraba la marioneta sumisa equina con su playera rosita escondida en su mochila, quien llevaba dentro de su taparrabo un par de libros: uno de Isaac Asimov y el otro era de Yordi Rosado, esto era porque según le habían dicho, si leía a dichos autores iba a acabar siendo todo un erudito en la idiosincrasia del mexicano y en psicología en general…aunque de esto y de lo otro el pobre pendejo neochilindrino sabe lo mismo que yo sé sobre cómo excavar túneles usando solamente un lápiz y un compás en el fondo del mar.

También se hallaba afuera de mi casa, el Muxe Virolo de Jalisco, quien haciendo honor a su condición de virolo, andaba con un ojo al gato y el otro al garabato viéndole los caramelos de tamarindo que cómo tales, les colgaban al aire a todos aquellos quienes sin pena alguna estaban afuera de mi casa, ¡¡¡%$#&!!

-¡¡Dientes podridos bla bla bla…!! Seguían los gritos del amo Mongolo.

-¡¡…podridos bla bla bla….!! Seguían repitiendo sus lacayos mongolitos.

Por ahí estaba el Tr1mmy leyendo la vigésimoquinta edición de: “Photoshop: Guía Máxima para pendejos que no saben hacer un triste montaje”.

También noté que andaba entre la chusma apestosa el muñeco de aserrín, quien muy entretenido trataba de pegarse una salchicha coctelera en la entrepierna para ver si así lo tomaba yo en serio:

-A ver si con esto me alcanza para parecer hombre. Seguramente se decía el baboso.

-¡¡Dientes podridos bla bla bla…!! Repetía otra vez el amo Mongolo.

-¡¡…podridos bla bla bla….!! Repetían ooootra vez sus lacayos mongolitos…

…De weba…

-¡¡Ya sal pinchi Chilindrina chilanga para que te den tu cabronazo en el hocico. No venimos caminando desde tan lejos para no darte tus buenos chingadazos, oarr oarr!!

-¡¡…….. buenos chingadazos, oarr oarr!!

Y yo, con mi voz tenebrosa estilo Dart Vader en fa sostenido les decía: ¡espérenme culeros, que no sé en dónde chingados quedaron mis zapatos; ya voy!

El perro seguía ladrando; los otros también seguían…chingando:


Una vez que hallé que ponerme, salí al patio dispuesto a arreglar cuentas de una buena vez con ése pinchi viejerio. Pero antes de abrir la puerta me detuve un momento para lavarme la cara con agüita y con jabón en la llave que está justo en la entrada de la casa.

Y mientras me lavaba con agüita y con jabón escuchaba cómo entre los pinchis maricas esos, planeaban cómo darme un buen cabronazo en el hocico:

-Yo me escondo cómo lo hago cuando abren los anónimos en el Chinagtivo mientras ustedes le pegan a esa Chilindrina Chillona. Les decía el amo Mongolo a sus lacayos.

-Sí amo, tú escóndete, ya sabes que nosotros damos la cara, la vida, el honor y hasta las nalgas por ti, le contestaba la marioneta sumisa a nombre de todos, ¿eeda qué sí? Les preguntaba el equino, y todos al unísono contestaban que sí.

-¿Con qué le pegamos a ése chilango dientes pod….bla bla bla…? Preguntaban.

-Pos yo le voy a pegar con la mano de mi metate, decía el Muxe Virolo de Jalisco.

-Yo le voy a pegar bien fuerte con unos libros de Isaac Asimov que me traje para leer en el camino, decía la marioneta… y una buena mordida con mis dientes de asno que tengo…también le voy a dar un buen vergazo con mi nariz…

-Échale al antispam, sugirió alguien, ¡sí sí sí! Échale al antispam, empezaron a gritar los demás.

-Eh…bueno, le verdad es que yo no sé cómo es esa mamada del antispam, les decía el Tameme, eso lo dije nada más para que mis lectores no vean lo marica incongruente que soy cuando borro los comentarios que me pendejean…y en un rápido movimiento para que no le preguntarán más sobre el asunto del antispam, el equino farsante le preguntó al Gagaronimo cómo pensaba chingarse a la Chilindrina Chillona cuando esta saliera y este le respondía:

-Yo le voy a aventar mucho, pero muchísimo aserrín en los ojos al culero.

Todos empezaron gritar de nueva cuenta:


…De weba…

Así estaban gritando eufóricos cuando enojado el Tr1mmy les reclamaba el porqué no le habían preguntado a él conque le iba a dar su cabronazo al Capo de la Forza Chilanga.

-¿…pues que soy su pendejo o qué?

-Sí, le contestaban cagándose de la pinchi risa ante el enojo del cara garapiñada.

-¡¡Ahí viene ya, ahí viene…!! Gritaban todos cómo viejas de pueblo asustadas cuando escucharon que la puerta de la entrada de mi casa se empezaba a abrir; tal pareciera que quien iba a salir era nada menos que Don Cruz Treviño Martínez de la Garza, el meritito diablo…i´ñor…pero no, era algo peor para ellos: era YO. Todos empezaron a correr cómo viles insectos rastreros maricas; corrían cómo si estuviesen frente al mismísimo y todopoderoso H24. Justo así es cómo me los imaginaba…de maricas.

Al amo mongolo, lo súbito de mi aparición en escena lo paralizó y no le dio la chance de esconderse y se quedó mudo de la sorpresa cuando vio de entre el marco de la puerta mi porte harto gallardo con aroma a cabrón, cómo si estuviese viendo una combinación entre el Coloso de Rodas y Dios,…o cosa parecida; justo así es cómo quedo de la sorpresa:


Justo así es cómo imaginaba que pondrías tu ASQUEROSA y amorfa cara.

Por allá quedó tirado el equino todo desmadejado del susto; igual que una marioneta sin hilos. Más allá estaba el Gagaronimo echando su aserrín por el único hoyo que en su cuerpo tiene: el culo. Por la derecha estaba el Tr1mmy a quien le reventaban sin cesar todos los granos de su cara ante el nerviosismo de saberse frente a mí. Un poco más por acá se hallaba el Muxe virolo, quien, con su mano derecha, se golpeaba su ASQUEROSA y ridícula cara de pendejo que tiene, y con su mano izquierda se contestaba igualmente golpeándose su cara de pendejote insufrible.

Esto último era porque ante el pánico, Esteban, el pendejo, trataba de huir hacía la derecha, mientras que Alberto, el marica, quería correr hacía la izquierda, y cómo buen pendejote que es -imaginen tal cosa: dos pendejotes en un mismo cuerpo-, se empezó a pelear… ¡contra si mismo!…¡Pfff! Y vaya que estuvo buena la pelea porque tanto Esteban cómo Alberto se daban duro y tupido…Deberían haber visto cómo le viroleaban sus ojos tratando de atinar y esquivar al mismo tiempo sus propios golpes de marica…

Todos habían emprendido la huída, menos el amo Mongolo; él se quedó petrificado del miedo.

Y al verse tan sólo y triste cual hoja al viento, el Mongolo quería llorar, quería morir de sentimiento (¿dónde coño he escuchado eso?)…Y al verlo así me llegó un sentimiento de lástima por el pobre imbécil a quien curiosamente se le acabó “el ingenio” una vez que cerraron los comentarios en el Blog Chingativo. Por supuesto que no voy a decir que eso es porque ya no tiene material para plagiarse; no, eso no lo voy a decir. No me consta.

-¿Bueno, y qué chingados quieres o qué pedo pobre pendejote? Le pregunté.

-N…n…no…pos…yo…jijiji…yo nada más quería saber si me regalabas un poco de agua de la llave que está afuera de tu casa, me decía queriéndose hacer el gracioso; pobre estúpido, creía que estaba con sus amiguitos mongolitos que todo el aplauden

-No seas pendejo, ¿cómo es que siendo chilango cómo moi, no sepas que en las casas del Reino del Gran Chilangopoztli hay llaves del agua en las entradas y no afuera de ellas?

-Pos es lo que yo decía, pero cómo ya sabes que cualquier estupidez que yo diga mis mongolitos me la aplauden pos…pos…ya sabes,..tú sabes…Dame chance…

-Te voy a dar pero de chingadazos en tu pinchis trompota por marica, por pendejo, por pelón, por feo y porque se me da la rechingada gana porque me caes en la meritita punta de mis pies pequeños...

-¡Waac waac, empezó a llorar, no me des de cabronazos en el hocico, waac waac…ya me voy a portar bien, ya no voy a ser tan marica, ya no voy a ser tan puto, ya no voy a estar chingando la madre cómo anónimo, ya no me voy a burlar del físico de los demás… bueno, nada más me voy a seguir burlando del cara de equino nariz de pene, ya sabes que a ése pobre veracruchango le hago y le digo todo lo yo que quiera y el muy pendejo ni respinga de tanto que me idolatra, waac waac! ¡No me pegues! ¡Pepe El Toro es inocente! ¡Ten piedad de éste pobre chilango paisano tuyo! Me rogaba el cara de chimpancé.

-Ok, le dije, nada más porque eres mi paisano no te madreo pinchi Mongolo pelón trompudo y apestoso. No sea que vayas de marica a chillar con nuestro carnal Marcelo y hasta me metan al tambo por crimen de odio o una de esas mamadas.

-Gracias paisano; muchas gracias…

-Anda pues, ya váyanse a chingar a su provinciana madre su casa; que el gran Chilangopoztli los cuide y les bendiga, les decía a todos una vez que el mongolo les había dicho que no me los iba a moquetear.

-Oye, antes de irnos a chingar a nuestra provinciana madre nuestra casa, ¿nos regalas un poco de agua?

-¡Oh qué la chingada! Ok, pásenle a lo barrido; mira, ahí está la llave de la entrada, les decía mientras le entreabría la puerta.

-¡Ohhhh! Exclamaban al ver la llave de agua de la cual, efectivamente, salía agua limpia…y no cómo en sus ranchos que el agua la tienen que sacar de un pozo, y eso cuando bien les va, porque generalmente tienen que ir hasta el río más próximo por ella.

Pero temiendo que ensuciaran el piso del patio y tuvieran la pinchi ocurrencia de querer tomar agua directamente de la llave, mejor se las serví en un bote de veinte litros -¡cuánta generosidad la mía carajo!¡¡Veinte litrotes de agua limpia!!-, de la cual tomaban gozosos el preciado líquido: unos metían las manos para sacarlas llenas de agua y así tomarla, mientras que otros metían de una buena vez todo el hocico para saciar su sed...de venganza.

Cuánta felicidad puede darle uno a los jodidos. Neta qué sí.

-Pos bueno, ya nos vamos pinchi Alter, me decían estirando la mano queriendo que yo les correspondiera…ilusos provincianos pulgosos.

-Si hombre ya saquéense de aquí, les iba a responder, pero el sentimiento de solidaridad chilanga me contuvo; no podía dejarlos ir en esa condiciones. Así pues, de mi mochila saqué la morralla que ahí tenía y se las arrojé al piso de donde la recogieron gustosos y les dije: miren, ya que andan por acá, vayan al mercado de artesanías allá por La Lagunilla y se compran ropa nueva, pero que sea ropa ah doc para ustedes eh…nada de puterías de andar comprando playeras rositas.

-Gracias, muchas gracias, me respondieron muy contentos.

Se fueron, y al poco rato regresaron provocando con ello que despertara del sueño en el que me hallaba…¡otra vez me había dormido viendo The Inception! ¡¡Coño!!

-Mira pinchi Alter Ego pies peque….bla bla bla…mira la ropa que nos compramos; mírala.Y conste que no nos compramos playeras color rosita porque eso es de gays.

-Ah sí, está muy bonita, ahora sí, hasta parecen gente decente. Bueno, pues ya lléguenle de aquí no…

-Si, ya nos vamos Alter, nada queríamos que vieras nuestra ropa nueva y que nos des tu bendición, y también queríamos ver si nos das algún recuerdito tuyo…

Y cómo el Alter Ego no es una persona ingrata, les di su recuerdito:


Y así, con ése recuerdo mío en sus ropas nuevas y caminando como pingüinos mongolos y muy requete-felices, se fue toda esa bola de pinchis provincianos pendejos quienes hacían tanto alboroto… afuera de mi casa.

Es cuanto.

Shalom.

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