Me Mareo.

Si bien es cierto que mi todavía mermada salud ha tenido una sustancial mejoría, también es cierto que aún sufro de algunas recaídas, y que estas, cuando llegan, lo hacen de una forma tan cabrona cómo advirtiéndome que no ande así cómo así sin cuidarme y echando al olvido las consecuencias de estos putos mareos hijos de su pinchi, los cuales me han hecho sentir que cuando camino lo hiciera igual que un puto perro con calcetines.

Joder, por lo menos en mis paseos dominicales en bicicleta no me han dado esos pinchis mareos que cómo ya lo había dicho en un post anterior, cuando me llegan, provocan que todo lo que abarca mi vista se empieza a ondular bien cabrón.

No sé, pero a veces me entra la duda si esto que me pasa no será señal de alguna especie de súper poder que alguna divinidad oculta a la vista del mortal común me ha otorgado, y que para poder acceder a él tengo que pasar por la prueba del dolor para demostrar que soy digno portador de él y demostrar así mismo que puedo tener control sobre éste y sacarle provecho en mi favor... o en beneficio de toda la humanidad; lo cual, esto último, me daría harta flojera andar de aquí para allá salvando a gentuza que en primera, ni conozco, y segunda, que al final de cuentas ni me lo van a agradecer los muy hijos de su rechi...


Y es que cuando tengo dichos mareos, siento un dolor que si bien no es agudo, si es lo bastante fuerte y se concentra justo en mi frente, apenas arriba de mi ojos y que ahí está chingue y chingue cómo queriendo salirse porque ya no tiene cabida en mi cabeza.

Apenas hace un par de horas, mientras estaba siendo víctima de otro mareo, me llegó a la cabeza tal posibilidad...lo pensé un buen rato...y después de pensarlo, y no sin la audacia que me caracteriza, me decidí a constatar o desechar tal teoría; me concentré pues...y cerré los ojos.

Me concentré bien fuerte.

Lo hice aún sin saber, porque no me importa, si el acceder a este poder traería consigo consecuencias funestas o no, para el mundo entero, porque siendo sincero: a excepción de unos cuantos, pero sobretodo, de unas cuantas, el mundo entero me viene importando nada; así, pues, me decidí a seguir con el experimento porque el mundo esta hecho para ser conquistado por cabrones decididos cómo yo, y no para toda esa bola de pendejos que se conforman con ser unos tristes mongolos y/o burdos troleros cacarizos , narizones equinos, trompudos y/o con la cara de pendejo.


Cerré mis ojos y coloqué mis finas, pero poderosas manos, frente a mi pecho, apretándolas fuertemente formando un puño con cada una de ellas y empecé a concentrarme con mayor fuerza preparándome por si de mis manos saliera un pinchi rayo quemador color morado chingón, o que de mí mente o de mis ojos emanará una pinchi vibración ultra poderosa que distorsionara toda realidad visible y se chingara al instante todo lo que en su camino se hallara... yes!

Me concentré con todas las chingadas fuerzas que la fe en mí mismo me daba mi alter ego en ese momento decisivo apostando a que con toda seguridad, de mi ser emanaría alrededor de si una áurea brillante rojo sangriento cómo la del pinchi Goku cabrón, o la del pinchi Vergueta chingón, y que mis cabellos se erizarían bien pinchis punks, igual que los cabrones antes mencionados, y que una lluvia de chochitos multicolores caerían del cielo.

Y mientras me preparaba a soltar todo el supuesto poder dentro de mí, creí que a este le caería muy bien el ser acompañado de un grito chingón chingón, similar al estruendo que el relámpago provoca cuando surca los cielos ennegrecidos buscando a quien partirle su madre.

Pensé en un principio en un dar un grito cómo el de Leono de los Thundercats, pero lo deseché al instante porque a los Thundercats sólo les gusta a los maricas enmascarados ¡snarf snarf!; inmediatamente después pensé en dar un grito cómo el de He-man, pero igual, al instante lo deseché porque He-man tiene toda la pinta de ser un pre-metrosexual; ¡carajo!, sentía que a mi poder le urgía salir ya...no podíamos esperar más, tanto él cómo yo; cómo ya no tenía tiempo para buscar otra alternativa, me decidí por el grito de los pinchis Saiyayin etapa 12.4.0.1...

Sentía venir el poder en todo mi ser; me concentré para dejarlo salir sólo por mis ojos, por mi mente o por mis manos y apreté bien fuerte las nalgas para que no se me fuera a salir por ahí mi súper poder...

Sentía que me venía...ahhhhh... Sí, me venía ya el poder.... me preparaba a gritar con todas las fuerzas que mi webos, de por si grandotes, me daban en el preciso instante más cabrón de toda mi existencia...sentía ya cómo la miel de mis ojos se calentaba y que seguramente estaban agarrando un tono maravillosamente dorado; sentía el hervor de la sangre recorrer mis venas que se agitaban dentro de mí cómo serpientes encolerizadas; ...6...5...4... mi boca estaba lista a soltar ya el grito más poderoso que el universo entero haya podido registrar; tan poderoso que incluso los seres lovecraftianos xenomorfos y antropomorfos mongolos, que en su eterno e imperturbable sueño descansan, despertarían de él para caer casi al instante muertos, ahora si, de forma irremediable, horrorizados e infartados, ante el evento máximo de demostración de poder alguno, tanto visual cómo sonoro.

El propio Dios idiota, el ciego, de las máximas deidades lovecraftianas, en un único momento de lucidez mental de su mísera existencia después de “ver” por un igualmente brevísimo instante toda la pinchi psicodelía emanada de todo mi milagroso ser, y justo antes de morir de a deveras, diría esta enigmática palabra -emulando a Mr Kane con su Rosebud- con su voz seguramente cadavérica y cavernosa:


...Chilangopoztli...


...3...2...1....

...Mi súper poder ya estaba aquí, lo sentía ya... y abriendo al unísono mis manos, mis ojos y mi mente, grité con todos mis webos:

Kame...hame...ja!

¡Mundo, chingate pinchi cabrón, qué no me importas ya!

¡MUERTE AL PUERCO JOTO LATINO!

¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHH..................!!!!!!





¡Pffff!, joder, el Alter Ego de quien administra este espacio del ciberespacio necesita una dosis doble de sus píldoras antimareos y antibloqueos mentales

Es cuanto.

Shalom.