A Volar...

Ayer, en un hecho inusual, vi un DC10 sobrevolando a una altitud muy baja sobre los rumbos donde vivo. Esto, aparte de lo insólito, me resultó emocionante –me emocioné cómo si fuese un niño…- ya que por ése lugar a los aviones sólo se les puede ver a una altitud... digamos que de vuelo crucero, por eso fue raro ver un avión volar a tan baja altitud a un punto tal que incluso se le podía leer con toda claridad su matricula.

Volaba incluso más bajo que cómo lo hacen los cacharros que tiene nuestra chingona Fuerza Aérea Mexicana en los desfiles del 16 de Septiembre…Ojalá que nuestro embajador en Inglaterra no la haga de pedo por lo de cacharros que para lo único que sirven es para hacer ridículos así:



Y si a la palabra raro increíble o insólito etc. etc. Le agregué lo de emocionante, no es por otra cosa sino por la pasión que tengo por los aviones y el ruido que emiten en su vuelo que para mí es verdadera música para mis finos oídos; esto último y lo sorpresivo del evento en si, que claro, siendo un evento cómo tal, a la de a webo tiene que ser sorpresivo…fue lo que aumentó mi emoción...ejem!

Éste evento tuvo en mí sus consecuencias nostálgicas cómo casi siempre me pasa cada vez que un suceso fuera de lo normal en esta materia ocurre en mi vida o las veces que he ido a ver despegar o aterrizar a los aviones en el aeropuerto.

La nostalgia de cuando niño y la ilusión en esta etapa de la vida de ser llegar a ser de grande esto y aquello: Doctor para orgullo de tu mamá pero tú queriendo ser científico loco para satisfacción tuya y con ello poder conquistar al pinchi mundo entero. Licenciado de lo que sea pero licenciado al fin y al cabo. Astronauta…Luchador profesional…Futbolista… Mago…coff coff!...“Ingeniero” de lo que sea menos en computadoras (jijiji) y muchísimo menos egresado del CONALEP de Guadalajara (re-jijiji)…Gran cosa: estudiar una “carrera” para saber agregarle módulos de memoria a una computadora (re-re-jijiji).

Nostalgia.


Y por supuesto, cómo la mayoría de los niños bien nacidos y chingones: el querer ser de grande piloto aviador. Eso, entre otras muchas cosas, quería ser de grande: piloto aviador para poder pilotear mi pinchi avión favorito: El Jumbo 747:



Esto es música para mis oídos. Joder.

Recuerdo que ya en esos trances alucinados siempre me veía volando otro de mis aviones súper favoritos:



Sí, ya lo saben: tenía que ser uno de combate.

Y de las otras tantas cosas que quería ser de grande y que no fui cómo la de ser el Rey del mundo, Presidente de los EUA o Pierre Woodman... unas de las pocas que sí logré conseguir fue la de acabar siendo un cabrón…simplemente un cabrón bien cabrón que se la pasa bien...Menos mal.



Hoy, ya de adulto y con éste tema de los aviones igual me llega la nostalgia de recordar a Ana, la mujer de quien más rápido me enamoré -de las otras me llevó más tiempo-; y no era nada más calentura lo que por ella sentía provocada por su delicado y fino cuerpo…mmm, sino que era amor…y del mero bueno. Cool! Se siente chingón..

Y la recuerdo porque a ella igual el tema de los aviones le resultaba irresistible; y esto era porque su gran anhelo era la de ser azafata:



Ana tenía de sobra las aptitudes físicas e intelectuales con que serlo. No sé si lo intentó y logró; ojalá qué sí.

Ana R.

Volar, volar…volar.

Hoy, y con apenas un gramo de sentido común, y a pesar de que nunca se es demasiado tarde, aplica bien el decir que literalmente el avión ya se me fue llevándose con él mis anhelos de ser piloto aviador y no poder con ello lograr hacer proezas cómo lo es ésta ¡sniff sniff!:



¡¡Putísima madre, chingón!!

De volada ya me voy, pero no a la chingada.

Es cuanto.

Shalom.