¿Quién podrá ayudarnos chingada suerte?


Después de saber las conclusiones a las que llegaron los ministros de la Suprema Corte de Justicia en el caso de la Guardería ABC –entre otros muchos casos- ya no nos debería quedar duda alguna que es ahí precisamente el último lugar en donde deberíamos ir a pedir y encontrar la justicia en contra del mal desempeño de nuestros funcionarios públicos que por años se nos ha negado una y otra… y otra vez, por tecnicismos puramente legales.

49 Niños muertos y 75 heridos –algunos de los cuales en algún momento de reflexión y dolor desearán haber muerto ese día y no tener que sobrevivir con la secuelas que tendrán de por vida- no fueron razón suficiente para que los ministros tuvieran la sensibilidad de allanarnos este ya sinuoso camino para que de una buena vez empiece el fin del temor a la aplicación de la ley a los del alto pedorraje político cuando estos se lo merecen, o por pendejos, o por valemadres o por gandallas.

Es tristemente paradójico ver la actitud asumida por los ministros que votaron en contra del dictamen presentado para este caso -ante el reclamo ya no sólo de los directamente afectados, sino de mucha gente más-, que se negaron a ir más allá escudándose en la legalidad de sus funciones y sus limites marcadas por la propia ley que ellos mismos deberían hacer valer en todos los casos y no sólo cuando a sus intereses políticos o económicos conviene:

“…No nos corresponde hacer esto o hacer aquello… que sea en otro lado en donde se resuelva el asunto y que por allá se aplique la ley y la justicia porque aquí no…” Parecieran decir los ministros.Ya sólo les falto pedir que ya no estemos chingando.

Y digo que es paradójico porque son ellos mismos quienes se atan de manos legalmente para no hacer nada. Ellos mismos le ponen ratoneras a la constitución para no meter las manos para no salir machucados de los dedos.

Que forma tan barata para zafarse del asunto, envolviéndose en la bandera de la legalidad para querer hacerla de Niños Héroes arrojándose -y de paso llevarnos entre las patas- al vacío de la incertidumbre jurídica.

Ahora bien, no estoy diciendo ni pidiendo que sean los ministros quienes ordenen aprender a este o a aquel cabrón, o que personalmente sentencien a los acusados, para nada, sólo pedía -al igual que muchos mexicanos más- que ya no nos dejen en manos de estos culeros gandallas, porque todos ellos, nuestros ilustrísimos funcionarios públicos, seguirán haciendo sus pendejadas y sus agandalles en los cargos que ostentan sin temor alguno porque ahora ya sabemos todos que ante sus yerros, sus chingaderas y sus consecuencias – a veces trágicas-, no hay sitio alguno en este país bananero en donde se les pueda aplicar la ley. Qué contrariedad carajo.

¿Por qué no aceptar el recoveco legal que se les presentó en esta oportunidad cómo lo hicieron en el caso de las indígenas acusadas, juzgadas y sentenciadas por secuestro y que a todas luces era una injusticia por parte de quienes hicieron tal gandallez?

¿Por qué carajos tenemos seguir aguantando el abuso de nuestros funcionarios públicos?



Con el gobernador de los veracruchangos tenemos el más reciente caso de cómo estos cabrones siguen sin inmutarse violando las leyes sin cesar en su beneficio –ni modo que para beneficio de otros- de una forma tal, que va más allá del cinismo. En este caso es a través de una intercepción telefónica que se nos hace saber cómo es que este cabrón, de forma personal, así, sin intermediarios, ordena hacer uso de los fondos públicos en beneficio de su candidato para la gubernatura de su bananero estado, ¿y qué es lo que dice cuando se le pregunta sobre el asunto? ¡¡Empieza a hablar de LEGALIDAD!! ¡No mamar %&$”@!

Sí, el muy ojete de forma por demás cínica alega y cuestiona la legalidad de la grabación tratando con ello de que su evidenciada ilegalidad sea menos importante que la que él denuncia.

Y ahí está el Peña Nieto alegando lo mismo: La legalidad.

Y ahí está la señora del huipil multicolor presidenta del PRI defendiendo lo indefendible con la estrategia de cuestionar el uso por parte del gobierno federal de recursos públicos a favor del partido oficialista: “…pero si yo ya había denunciado el uso de bla bla bla…entonces hay que investigar primero a ellos y luego que nos investiguen. Nosotros llegamos primero” Esto último es lo que pareciera decirnos la señora del ropaje de payaso de feria de pueblo.

Así se la gastan estos cinicos cabrones.

No cabe duda, en este pinchi país futboleramente cacahuatero no hay justicia, “legalidad” sí, justicia no.

¿En dónde podremos encontrar la pinchi justicia escurridiza sin caer en la supuesta ilegalidad?

Quizás algún día la lleguen a vender en el Soriana, La Comercial Mexicana, Elektra o el pinchi Sam´s club… o con el Dr Simi.

Siendo la justicia ya un producto de primera necesidad me extraña que no la hayan acaparado ya las grandes transnacionales para su comercialización y consecuente venta. Quizás sea cuestión de tiempo para que ello ocurra.

Quizás…y si es a 18 meses sin intereses y con el IVA devuelto en efectivo cómo le hacen en el Wal Mart mucho mejor.