Celebrations:

En este día del libro que acaba de pasar, y no teniendo otra cosa más útil que hacer, tuve la pinchi ocurrencia de contar más o menos cuantos han sido –en número- los libros que he leído durante mi vida cada vez más tambaleante y afligida.

Y pues, haciendo un cálculo al tanteo, creo haber leído una media de 300 libros…algunos libritos y otros, los menos, librotes. Desde los primeros que en la secundaria nos obligaban a leer hasta el más reciente -los últimos 200 han sido nada más por el gusto de leer-, han sido unos 300…bien que pude haber escrito 267 o 329…aunque sospecho que han sido mas de 329; en fin.

¿Y qué es lo que más he aprendido por haber leído más de 3 putos libros durante estos años que llevo de vida? Una cosa:

Por más libros que uno lea, eso no lo hace a uno, en automático, un ser “inteligente” cómo muchos pendejos creen que sucederá:

-¡Ay sí!, yo he leído más de 3 putos libros y por eso es que no escribo con K en lugar de la C. Además, yo sí pongo las comitas y los acentitos en su lugar para demostrar así que yo sí soy muy “inteligente”, aunque ello me lleve más de 3 días en saber donde poner las comitas y los puntitos en cada párrafo que escribo; y a pesar de que lo que escriba sean, en la mayoría de los casos, puras estupideces cuando son asuntos de la vida REAL, eso no me importa, porque mientras ponga los acentitos en su lugar, voy a seguir sintiéndome muy “inteligente”. Fuchi fuchi a los del metroflog y sus feotas K´s".

¡Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

Patrañas. Viles patrañas. Es casi tan absurdo cómo el ejemplo que se nos da de que si uno juega mucho ajedrez, uno va a acabar volviéndose “inteligente”.

¡Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

No mamen. Quizás uno se vuelva muy cabrón jugando todos los días ajedrez, sí, a webo, pero nada más para jugar ajedrez, para otra cosa el saberlo jugar no creo que sirva de mucho...a no ser que acabe uno cómo ajedrecista profesional y se viva de ello. De hecho, el saber jugarlo ya requiere un mínimo de "inteligencia" que ya la trae uno de nacimiento.

Y aunque la lectura es mucha más buena y sana que el pan con margarina -eso nadie lo niega y es muchísimo mejor que jugar ajedrez-, ése es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes mitos que el ser humano haya creado: el leer por si mismo te hace inteligente.

No mamen cabrones. Please.



Por supuesto que leer te ayuda a tener una perspectiva más amplia de la vida y poder formarse con ello un mejor criterio sobre todos los tópicos de la misma siempre y cuando tengas la capacidad innata de hacerlo -y es que hay pendejos que por más que presuman de leer bastante, a la hora de emitir sus juicios sobre tal o cual asunto serio dejen ver en claro la clase de imbécil que se es-; pero repito, la lectura no te hace inteligente per se. Cuando se es pendejo se es y ya ni modo; ni leyendo a Octavio Paz o a uno que otro divulgador de la ciencia se le va a quitar a uno toda la cantidad de pendejez que se le fue asignada. La ignorancia tal vez sí, pero no más.

Ahí están cómo ejemplos palpables el Peje y el Jordi Rosado –entre otros- quienes incluso -y con toda certeza lo sabemos- no sólo han leído más de 3 putos libros en su vida, sino que han “escrito” por lo menos uno, y mírenlos, siguen estando igual de pendejos que de costumbre.

Leer Ver para creer.


¿Ustedes creen que a un babosote cómo el Tr1mmy –por citar un ejemplo de alguien más cercano al mundo blogger y conocido por su irremediable pendejez- se le va a quitar justamente lo pendejo si se pone a leer cómo idiota y a todo tren toda la obra de sus autores favoritos? NO, es la repuesta.

¿Ustedes creen que si mi amigo el Falso Prrrrrrrrrrofeta lee todos los libros de Isaac Asimov por fin va a poder escribir algo apenitas cuerdo o sensato sobre la vida REAL y que vaya más allá de sus gracejadas acostumbradas? NO es también la respuesta.

¿Ustedes creen que si yo….naaaah! Olvídenlo.


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Mother nature´s son.

Igual acaba de pasar el Día de La Tierra, y pues, pareciera que esta se la está pasando más que bien con esa especie de slam que ya nos tiene en vilo a los humanos. Esas son, sin duda alguna, algunas de las "desventajas" de tener “conciencia” sobre el asunto; nada más vean a los pinchis animalitos “inconscientes” que ni sufren ni se acongojan esperando el próximo slam terráqueo.



Sin embargo, lo peor de todo lo referente a la naturaleza y nuestra “conciencia” sobre ella, es que pese a que pasan y pasan generaciones tras generaciones, los humanos –en buen número- no aprendemos a tener la suficiente “conciencia” (cultura dirán los que saben del asunto) sobre las consecuencia de nuestros actos valemadristas que han acabado, muchas de las veces, revirtiéndose contra nosotros mismos y de forma más que rápida y contundente: contaminación, deforestación, inundaciones… bla bla bla….qué weba me da ya estar hablándole al vacío. Sí.

Cómo me encabrona estar poniendo de mi parte en temas cómo lo es este y ver al mismo tiempo que hay cada hijo de puta a quienes esto les viene valiendo una reverendísima chingada. Pinchis mamadas. Y no es que sea del club de Viva la Zanahoria y el Rábano o del Salvemos a las Ballenas y los Pinacates, para nada, pero es que no dejan de ser pinchis chingaderas el que seamos tan idiotas y no cuidar en donde vivimos.

Por lo menos me es agradable ver entre tantas idioteces nuestras y tantos oídos sordos, ocurrencias cómo esta cuya imagen me enviaron por mail y que se agradece mucho:




Cool!


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One Step Beyond.

Pues también se acaban de celebrar en días pasados el que hubiese sido el cumpleaños número 122 del cabrón de cabrones: Charles Chaplin:



Y por alguna extraña razón, se dio la coincidencia de haber visto la escena anterior, y que es una de las más grandes en la historia del cine, justamente el día que la bebé estrenaba sus papos nuevos:



…para dar con ellos sus primeros pasos igualmente inocentes y bamboleantes cómo los de la escena antes referida: unos pasitos chéveres para acá, y muchos, muchos más para allá.

Y es que la bebé ya quiere, ya le anda por caminar…-y correr, cómo todo buen bebé- y que mejor para ello que unos buenos papos relucientes… y por supuesto, yo mero romero para auxiliarla en tales andanzas durante las cuales ya me imagino que nos vemos cómo si anduviéramos harto briagos ella y yo. Cheers!

Lo irónico de esto –para mí- es haberle ayudado, cómo les decía, a dar sus primeros pasos muy tambaleantes, sí, pero con toda determinación en su temprana vida; mientras que yo, con todos los años ya vividos –comparados con los meses de vida de la bebé- pareciera que voy en reversa; pareciera que voy involucionando con este caminar vacilante que tengo y los mareos que sufro y que ya me provocó muchas más –muchísisimas más- dudas sobre mi futuro.

¿Será que me estoy volviendo bebé?

Quizás sea eso lo que me está pasando.

¿O´nta bebé Alter?

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Ben Hur.

Y cómo seguía sin tener nada bueno que hacer, y cómo no he podido abastecer la sección de películas en DVD de mi Pirateca, me puse a zappear en la TV para “ver” que había, y acabé llegando de esa manera al TCM, el cual estaba transmitiendo a esas horas de la tarde del viernes santo, la obligada y para nada choteada Ben Hur; y cómo ya tenía sus buenos años desde la última vez que la vi, decidí verla para pasar el rato con la firme esperanza de quedarme dormido cómo acostumbran mis ojos cuando ven películas así de aburridas.

Contrario a lo que suponía, no me quedé dormido viéndola, al contrario, me quedé mirándola un rato con atención y preguntándome cómo es que dicho film tan empalagoso y tan pretencioso haya podido ganar tantos premios de la Academia. No lo entiendo bien a bien. Quizás porque las otras películas de ese año estaban peor de chafas…o quizás por el sentimentalismo barato que luego les asalta a los pinchis gringos putos…

Incluso viendo hoy en día la secuencia de la carrera que de pequeño me había maravillado, me resultó ahora totalmente chafa con esos efectos visuales ahora tan primitivos cómo el que más, y que quedaron “encubiertos” gracias a la brillante idea de acelerar la velocidad del metraje para darle una mayor emoción con el supuesto dinamismo de la carrera. Sin duda que en sus días Ben Hur era el equivalente al Bullet Time de Matrix o la igualmente sobrevalorada Avatar, pero el paso de los años ya pone a Ben Hur en una situación que raya ya, no sólo en la inocencia cinematográfica en el tema de los efectos visuales, sino el ridículo.

Todavía para acabarla de chingar, la película estaba siendo transmitida doblada al español, lo cual en si no es que tenga algo de malo, lo que si era para morirse de la risa o del coraje, según, era la voz que le tocó a Judah, y que es la misma que le ponen a Silvester Stallone en sus babosadas de Rambo -desde la uno hasta la vigésima parte en la que creo que ya va- sus Rockys y demás películas suyas afines…

Bonito favor que le hacen no sólo al film en si, si no a un Charlton Heston cuya de por si tan sobrevalorada actuación, según yo claro está, lo pone al mismo nivel actoral del mencionado Stallone

¿Había mucha necesidad de ponerle una voz que a la de ya te remite al Stallone o qué?

En fin.

Si hubiese una revisión en retrospectiva de todas las películas premiadas y no premiadas por la academia, estoy seguro que a Ben Hur le quitarían por lo menos un par de sus Oscar´s ganados; por ejemplo, el de “mejor” actor cómo les decía antes, y el de mejor banda sonora ya que tal es una de las bandas más empalagosa que uno haya podido escuchar ¡agrrrrrr!

Ben Hur es tan chafa hoy en día, que ni siquiera la AFI la tiene contemplada cómo la mejor película en el género épico en sus listas, el cual lo ostenta la británica Lawrence de Arabia; y miren, para que los gringos no digan que lo suyo es la neta del pinchi planeta cómo lo demuestran con el resto de la lista es decirlo todo.

¡Brrrrrrr!


Es cuanto.

Shalom.