Femme Fatale/ Roxanne 1ª.

Here she comes,
you better watch your step...
...See the way she walks
Hear the way she talks.
The Velvet Underground.


Quizás tendría unos 17 años cuando conocí a Roxanne 1ª, Reina de la Cachondería.

Todo empezaría al salir del centro comercial después de haber pagado cuando me di cuenta que sólo me sobraban $150:

"¡Uta madre, $150! Apenas para la cena."

Así me lamentaba cuando para mayor infortunio mío me encontré a Ricardo, a quien, para mala suerte mía, le debía precisamente $150.

-"Ya valieron madre mis $150. Adiós cena" pensé.

Nos saludamos:

-"¿Qué pedo wey?"

-"¿Qué onda culero?"

-"¿Qué wey, a dónde vas?"

-"No pues vine a pagar una luz, ¿y tú?"

-"Voy a ver a una vieja...haz paro culero, acompañame"

-"Eeeeh..."

-"No seas ojete wey, acompañame culero"

Con un cierto titubeo acepté acompañarlo; y no tanto porque tuviera unas pinche ganas de acompañar a un pendejo cómo él para ver a su vieja,¿qué mamadas son esas?, lo hacía más para verme el buena onda y que el pendejo no tuviera la pinchi ocurrencia de cobrarme los $150 que le debía al cabrón.

Durante el viaje que duraría unos 20 minutos, hablamos de las mismas chingaderas de siempre, menos de cualquier tema que le recordará al wey los $150 pesos que le debía.

-"No chingues, ¿hasta dónde vas a ver a la morra wey?" Le pregunté al pendejo.

-"No seas mamón, ya llegamos, mira, es a la vuelta de aquella esquina"

"-Ah vaya, ya era hora cabrón."

-"¿Y qué tal está la morra, la hace o no?

-"No mames wey, es un bizcochito de lo mejor. Desde hace un buen que le traigo un chingo de ganas a la vieja. Neta que hoy no se me escapa, ya la tengo "apalabrada (sic)"

"¿Apalabrada?" Me preguntaba a mí mismo a la vez que me reía del wey al ser tan ingenuo al creer en el "apalabramiento" de una mujer.


Cuando llegamos a la esquina dimos vuelta para entrar a la calle. la cual paradójicamente ""brillaba" por la poca luz que había en ella ante la falta de un buen alumbrado público. Por ahí andaban otros cabrones que al igual que nosotros a ellos, nos veían de reojo con cierta suspicacia.

-"¿Oye wey, qué pedo, aquí vive tu vieja o por acá trabaja o que onda?" Le pregunté.

Se me quedó viendo con una cierta mirada burlona cómo queriéndome decir: "no mames pendejo".

Nos adentramos más en la calle hasta que llegamos frente a una especie de casa que por lo alto de las paredes y el zaguán pensé que era una escuela o algo así. De ahí salieron un par de hembras bien buenotas vestidas muy provocativamente aunque ya no tan chavas:cómo lo hubiese suponido en caso de haberlo hecho: "a lo mejor es una nocturna o algo así" pensaba.

Eso iba a preguntarle al wey, pero justo en ése momento salió de ésa casa la chava a la que éste pendejo había ido a ver. Al verla me dijo que lo esperara, que no se "tardaba" y que no me fuera a ir dejándolo solo.

-"¿Tardarse?"

-"Ok culero, aqui te..." le estaba diciendo cuando el pendejo en sus prisas por ir por su chava me dejó hablando solo.

El wey casi se echó a correr para encontrarse con su novia que a primera vista si parecía justificar las pinchis ansias de ese cabrón por verla: "anda pendejón, corre, no sea que te la vayan a ganar ¡ja ja ja!", me reía de él a la vez que me recargaba de espaldas en la pared al igual que los otros pendejos que seguramente esperaban a que sus novias salieran de la "escuela".

Cuando Ricardo y su vieja se movieron de ahí no vi para dónde se fueron porque al hacerlo apareció ella...

Roxanne.

No mamar.

Ante la indiferencia de unos y la mirada morbosa de otros ahí estaba ella: parada en el zaguán pobremente iluminado con unos 3 focos amarillentos de 100 watts cómo si fuera una pinchi taquería, una vulcanizadota o un chingado negocio de esos.

No me chinguen cabrones.

A la distancia apenas y podía verle los rasgos de su cara delgada. Su silueta delgada era tremendamente sensual a pesar de que sólo llevaba unos jeans y un suéter entallado negro con unas botas negras con tacón de aguja. Su cabello largo claro y lacio me fascinaba tremendamente, y más porque lo llevaba suelto.

Así estaba babeando por ella cuando empezó a caminar mirando en un principio hacía ambos lados. No mamar, qué cosa, lo hacía de la forma más chingonamente sensual que nunca me podría haber imaginado. Ya me la estaba imaginando caminando así, pero bien encueradita ¡pfff!, next a webo!


Primero empezó a caminar hacía mi izquierda, lo cual era mejor todavía porque me daba la chance de verle bien su perfil y saber si tenía paraditas sus nalguitas o si estaban más bien planas. Las tenía empinadas. Ver sus nalgas empinadas sería le neta del planeta a webo! ¡Pfff! ¡Next! ¡Otra vez a webo!

Ver mover sus piernas al caminar era igualmente una delicia. De perfil sus tetas se le veían tremendamente firmes con el suéter entallado.

Cuando llegó al límite de la "casa-escuela" se detuvo. Volvió a mirar hacía ambos lados y cruzó la calle.

Cuando cruzó la calle caminó de regreso. No mamar, iba a pasar justo frente a mí. Un pinchi nerviosismo me empezó a invadir. Apreté con fuerza por los $150 de la emoción... el wey que estaba al lado mío de movió de ahí. No sé para dónde se fue pero sé que se movió de ahí porque por un instante me obstruyó la vista. Ella se estaba acercando a mí.

Al ir acercándose a mí pude verle bien su rostro. No me chinguen, qué hermosa me parecía. Ya le podía ver claramente la forma de su boca a la que seguramente yo hubiese pensado que se vería bien pinchi puta si estuviera mascando chicle, pero no, no llevaba nada dentro de ella.

Sus labios húmedos y rojos parecían preguntarme:

-"¿quieres que te la mame?"


-"Sí" le contestaban los míos musitandamente.

Verla caminar de frente hacía mí era tremendamente emocionante. Sensual. Llevaba su jeans desabotonado dejando ver con ello un leve asomo del resorte de su ctanga color morada. Sus tetas se balanceaban retándome:

-“anda perro, ¿quieres lamerme mis pezones cabrón?”

-"Sí" le hubiera contestado en ese momento sin titubear.

Con sus ojos iba echando una mirada seductora sabedora de que dominaba la situación.

Al ir acercándose a mí pude percibir un leve aroma a perfume pirata Tepiteño.

Estaba a un metro de mí. Su caminar y su sonrisa me estaba provocando un orgasmo visual. Sus labios vaginales, seguramente húmedos cómo la cabeza de mi glande me estaban dejando ver que tenían bastante hambre al estarse comiendo con fuerza su parte del jeans.

Amor a primera vista.

Con nerviosismo apreté más fuerte los $150.

Al estar frente a mí, ella, muy cabrona me dejo sentir un leve roce con la palma de su pequeña mano en mi entrepierna al mismo tiempo que me dejaba sentir su aliento sabor a chicle de menta y me preguntaba sutilmente:

"¿No vas?"

No fui.


Aunque lo deseaba, no podía.

No tenía $ conque ir; sólo tenía $150.

Roxanne cobraba $250.

Regresé al día siguiente, no estaba.

A la semana siguiente... tampoco la vi. Ni al mes siguiente. Pregunté por ella y no supieron darme razón porque yo no sabía ni cómo se llamaba ella.

La nombre Roxanne.

Y nunca más la volvi a ver.