
Esto me sucedió hace unos 15 años:
Mientras estaba tumbado sobre la arena tomando el sol en las playas de Chachalacas, situadas en Veracruz, pasó junto a mí una señora ofreciéndome la típica artesanía hecha con caracoles y conchitas de mar... “no... gracias” le dije a la señora, y ella siguió su camino tratando de vender su mercancía entre los demás paseantes.
La señora ya estaba a unos 5 metros de mí cuando de más lejos escuché a una niña de unos 5-6 años que con apuro corría hacía dónde su mamá gritándole con urgencia y su acento costeño:
“¡mamá mamá, mataron a Salina-s, mataron a Salina-s…!”
“¡¿Qué?! ¡Aaah nuuu mames cabrón…-decía yo todo sacado de onda-, ¿por fin salió un chingón que le dio en su madre a ése pinchi Chupacabras pelón hijo de puta…?”
Y no es que yo me alegrara de a gratis por la muerte de una persona, vamos, ni siquiera de la muerte de Salinas de Gortari, pero siendo realistas, la imagen que en esos días tenía Salinas entre la gente no era precisamente para ponerse triste con su supuesta muerte. El wey estaba más que embarrado de lodo por todo lo que según había hecho y por todo lo que según se había robado.
-“¡¿Qué dices hija, qué mataron a quién?!” Le preguntaba la mamá con ése pinchi acento costeño.
-“¡A Salina-s mamá, en el radio y la tele dijeron que mataron a Salina-s de un balazo!”

“…Nuuu mames cabrón, de un pinchi balazo, igualito que al pinchi Colosio marica, y mira lo que son las cosas, a casi un año de su asesinato. No cabe duda wey, el que a hierro mata, a hierro muere…”
Así estaba pensaba en ése momento mientras que una sonrisa perversa se dibujaba en mi rostro al imaginarme el shock que un acto de esa naturaleza estaba produciendo en esos momentos en el mundo de la política.

A webo que ya me estaba imaginando cómo es que en ése momento todos los noticieros hipócritas al servicio de su majestad priista estaban en una especie de cadena nacional cubriendo los pormenores del evento criminal.
Mientras continuaba pensando en ello con morbosa alegría, vi a la niña seguir llorando en los brazos de su mamá mientras le preguntaba con amargura y con su pinchi acento costeño:
-“…porqué la mataron si cantaba bien bonito”.
-“¿?”
“¿Cómo que Salinas cantaba bien bonito? Qué no mame pinchi niña mensa. Putos Veracruchangos tan pendejos y maricas, por eso se merecen los putos gobernadores que tienen”.
Y mientras la niña seguía llorando, la mamá trataba de darle consuelo con ternura ante la muerte de Salinas.
A esas horas, la incertidumbre provocada en mì por el llanto inconsolable de la niña que ya estaba haciendo de las suyas en mí, me obligó a ponerme de píe y acercarme hasta donde se hallaban ambas y le pregunté a la mamá:
-”Oiga señora, ¿por qué llora así su hija por la muerte de Salinas? ¿A poco lo querían mucho en su casa o qué onda?"
La señora me vio, y con una sonrisa de perdonapendejos me dijo con acento costeño:
-“¡Ja ja ja! No joven, cómo cree ¡Ja ja ja!, no fue a Salina-s a quien mataron, fue a Selena joven…a Selena…la muchacha que sale cantando en el radio...”
-“¡¡¡$#@/&%!!!”
Pinchi acento costeño...me jugó una mala pasada... Y la Selena, seguro muerta de la pinchi risa...¡Ah no, ella estaba muerta de un balazo!



…y en su triste caso, pues sí qué fue una verdadera lástima que se haya desperdiciado así su tremendo culo.